Es el testimonio de Javiera Rojas (23 años), estudiante de quinto año de la carrera de Ingeniería Comercial en la Universidad de Los Lagos, quien realizó recientemente su pasantía en la Universidad de Sevilla en España, en el marco del programa de Movilidad Internacional de la Dirección de Relaciones Internacionales de la ULagos.
Desde que aparece a la entrevista, se percibe seguridad en ella. Con ideas fijas y metas claras, Javiera Rojas, demuestra que su juventud (23 años) no es impedimento para reflejar sabiduría y esfuerzo. Sí, porque la joven que nació en Temuco y llegó a vivir a Osorno a los 8 años de edad, que es trilliza y tiene además 3 hermanos, en cada palabra, mirada y movimiento corporal, refleja la emoción, felicidad y la transformación académica y personal que significó su pasantía en la Universidad de Sevilla en España durante febrero de 2022 al 27 de julio del mismo año.
Inicio del viaje
Cuando ingresó a la carrera de Ingeniería Comercial y se enteró que existía la posibilidad de realizar una pasantía, Javiera se interesó y comenzó a buscar información. Se dio cuenta entonces que podía viajar a estudiar a muchos lugares.
La fascinaba la idea de ir a Italia o Francia, pero la exigencia del idioma fue un obstáculo. Entonces surgió España. Motivó a su vez a una amiga a ir a este país, pero después, ella se retiró de la universidad y la dejó sola en su idea.
“Después vinieron a mi carrera compañeros de intercambio, eran españoles. Entonces tuve más seguridad de viajar porque ellos eran de Sevilla. Estaba entusiasmada por los relatos que escuché de la vida en ese lugar y lo único que quería era vivenciarlo”, afirmó.
En el plano académico, también quería conocer la experiencia de otra universidad, saber si la exigencia era más alta, o el método de aprendizaje distinto. Finalmente pudo postular. No obstante, también tuvo inconvenientes, ya que la primera vez le informaron que tenía que esperar un semestre más porque debía concluir el tercer año.
“Yo estaba ansiosa, me dio pena, pero tuve que resignarme a esperar y… empezó la pandemia”.
La estudiante agrega que “estaba pendiente de la convocatoria, tiempo que se hizo muy lento y distante”.
Finalmente, el año 2022 se abrió la convocatoria. Para Javiera Rojas, era la última instancia. “Postulé e hice todo para ganarme la beca Santander”.
Los principales requisitos eran el promedio, mayor a 5.0. En 4 años de estudio el promedio de la estudiante fue de 5,9.
“Desde que tomé la decisión de realizar la pasantía, me esforcé para llegar al 6.0, pero estuve a punto. La beca se la dan al mejor promedio, independiente de la carrera que estés estudiando. Otra solicitud era una carta de expresión en que uno redactaba los motivos por los que se quería ir a estudiar al extranjero y específicamente a la universidad”, precisó.
Además, agrega Javiera, se debe buscar una carta de recomendación de los profesores. “Yo pedí alrededor de 6 cartas de recomendación”, asegura.
Familia
Javiera Rojas señala que siempre contó con el apoyo de la familia para lograr su objetivo académico. “Mi gemela estudia la carrera de Contador público y auditor en la ULagos, ella postuló y quedó en lista de espera”, indicó.
La estudiante indica que siempre estuvo motivada y que a su vez, motivó a su hermana a quién le gustaba la idea de la pasantía pero no estaba tan entusiasmada como ella.
“Cuando nos enteramos que me gané la beca, fueron sentimientos encontrados. Por una parte estábamos tristes, porque mi hermana no había ganado la beca, pero mi familia estaba alegre por mí. Y me acuerdo muy claramente que el 23 de julio de 2021, mi hermana revisó los resultados y me dijo que ella estaba en lista de espera. En mi caso leí: “felicidades”, fue una gran alegría, y mi regalo de cumpleaños que era el día siguiente, 24 de julio», sostuvo.
«Mi familia no estaba en ese instante, los llamé y se emocionaron y lloraron por mí, porque sabían lo mucho que quería esta oportunidad”.
Académico
En lo académico, cuando la estudiante llegó a la universidad de Sevilla, tuvo miedo de la posibilidad de reprobar los ramos. Pero al estar en clases, “no se me hizo complicado. De hecho puedo decir que en cuanto a carga académica fue más liviana allá”.
Las asignaturas que realizó en su pasantía en la Universidad de Sevilla, se encuentran: Estrategia e innovación, Hacienda Pública Descentralizada y elección pública, Economía y política del medio ambiente, Distribución comercial II y Habilidades directivas.
Ella relata que en la metodología de evaluaciones, no se realizaron pruebas todos los meses en cada asignatura. Tuvo más trabajos en clases, disertaciones, tareas evaluadas. La mayor diferencia es que en la universidad de Sevilla existen dos metodologías de evaluación, llamadas “Evaluación continua” y “Examen final”.
La “Evaluación continua” consiste en asistir a clases constantemente, pero no se realizan pruebas parciales necesariamente.
«En algunas asignaturas donde no realicé ninguna prueba parcial, sólo tareas en clases y trabajos acumulativos; que al final debían sumar cierta cantidad de puntos para poder presentarme al examen final. Todo debía sumar 10 puntos y generalmente la evaluación continua eran 5 puntos y el examen final los 5 puntos restantes o 4 y 6 puntos respectivamente» y agrega que «el “Examen final” consiste en rendir sólo el examen final de la asignatura, sin asistir a clases. Es decir, el estudiante debe estudiar el contenido de la asignatura por si solo, si elige dicha metodología y presentarse directamente al examen final, pero debe conseguir una calificación mayor o igual a 5 puntos para aprobar la asignatura, ya que es la nota mínima requerida», sostuvo.
Adicionalmente, en la Universidad de Sevilla el “Grado en administración y dirección de empresas” tiene una duración de 4 años, a diferencia de los 5 años que se imparten en la ULagos.
“Tuve mucha participación en clases. Y una o dos pruebas parciales por asignatura. Y de hecho hubo dos asignaturas en que no tuve pruebas parciales, directamente eran los trabajos y de ahí al examen final”, puntualizó.
“Este tipo de aprendizaje activo, más práctico y de aplicación lo considero mejor que el tradicional que se realiza en Chile y la universidad”, declara.
Respecto a las y los compañeros, Javiera Rojas, afirma que «tenían la experiencia, lo que se percibía en las disertaciones en que todos hablaban con total normalidad y en donde no había gente nerviosa. Se notaba ya que tenían la experiencia y que se podían enfrentar a todo el curso. No tenían ningún problema con eso”.
Según la ingeniera comercial en formación, este tipo de trabajo formativo “es una forma que te ayuda a desarrollar las habilidades blandas. No tanta prueba, porque al final teníamos que estudiar toda la materia para hacer el examen. Pero se sentía bien no tener la preocupación constante de la prueba y sí una mayor y constante participación en clases”, aseguró.
Experiencia de vida
Javiera Rojas, comentó que cuando estuvo por primera vez en la sala de clases, en la Universidad de Sevilla, se sintió sola, pero se recordó de los compañeros de España que habían venido a estudiar en la carrera de ingeniería en la ULagos y que “eran muy sociables, saludaban y conversaban con todo el mundo. De hecho, antes de conocerlos a ellos yo era una persona más callada. Por ejemplo no saludaba a todos mis compañeros aun viéndolos todos los días. Pero al empezar a ver a estos compañeros de España que eran tan sociables, que sí se comunicaban con todos, aun no tuvieran conversaciones tan íntimas con cada uno pero sí siempre saludaban, andaban con energía. Y me hice esa imagen de ellos”, destacó.
De hecho, “cuando llegué a la sala nadie hablaba, pero era porque éramos muchos, 60 u 80. Entonces al ser tantos, no se daban cuenta que una era compañera nueva. Y también, el otro factor es que estaban realmente concentrados en la clase. No usaban cuaderno. Prácticamente todos estaban escribiendo en un computador y tomando apuntes” y agrega que “pero si yo les preguntaba algo, me respondían sin problemas. Tuvimos que hacer grupos de trabajo y me integraron sin problemas al grupo”, indicó.
Transformación
“La Javiera que se fue a España y la que regresó a Chile no es la misma. Al principio, yo era una persona más cerrada, venía a clases y punto. No compartía con mis compañeros. Me di cuenta que la vida es muy diferente, las personas son muy alegres, y viven su vida”, reitera Javiera Rojas.
La joven destaca que “lo que más me impresionó es que nadie se anda fijando en el otro, cero prejuicios, y esto está muy bien. Me sorprendió por ejemplo que la gente adulta, compartía en las tardes en los bares, viviendo la vida. Se iban a su trabajo en bicicleta. Por todo lo que vi y la experiencia, puedo decir que sí. Soy una persona distinta”, aseguró.
En lo académico, Javiera Rojas manifestó que «me fue bien, solo un ramo quedó pendiente y lo voy a terminar aquí en la universidad por tutoría, más la asignatura de inglés. Estoy empezando a ver mi tesis, este verano hago mi práctica y el próximo año me titulo», precisó.
El tema de tesis será “El desempeño financiero en las empresas del sector financiero, específicamente los bancos y las AFP del país que transan en la bolsa de comercio, en el periodo de normalidad y la pandemia. Vamos a abarcar el periodo del 2011 al 2021. Para ver las diferencias y los indicadores y variables que influyen”.
Como proyecto de práctica profesional, la ingeniera comercial en formación señala al Banco de Chile.
En un mensaje a estudiantes de la ULagos, Javiera Rojas hizo énfasis en que “salgan a una pasantía sí o sí. Hay compañeros que estoy recién conociendo y les digo, si tienen la oportunidad de postular e irse a otra universidad nacional o internacional, háganlo. Porque de verdad uno crece mucho como persona y en lo académico. Se conoce gente de todo el mundo, en mi caso no solo de España. En la universidad de Sevilla existe una asociación de estudiantes que promueven la integración de los estudiantes internacionales, llamada “Erasmus Student Network”, más conocida como ESN. Unirme a ESN fue una de las mejores cosas que pude hacer, el intercambio sin ellos no hubiera sido lo mismo», puntualizó.
«Ellos organizaban juntas, fiestas, viajes, tours y diversas actividades, gracias a las cuales pude formar las amistades que tengo hoy en día con personas extranjeras que integraban a estudiantes de las universidades. Hacían fiestas, viajes, City tour y diferentes actividades, en que conocí gente de Italia, México, Colombia, Alemania, Polonia, Finlandia, entre otros» y agrega que «una de las experiencias que más me gustaron fue el haber conocido amigos, amistades muy fuertes con personas de diferentes países y saber que en un futuro ellos me puedan ayudar. Por ejemplo si yo quiero ir hacer un postgrado, en sus países, voy a tener el contacto o si quiero ir a trabajar a otra parte. También en nuestro país, ya que hice amigos chilenos de diferentes ciudades, Antofagasta, Temuco, Viña del Mar, Santiago, que antes no conocía», destacó.
Proyecciones
Entre las proyecciones que aspira la estudiante, se encuentra su práctica profesional en un banco cuya primera opción es el Banco Chile, en que «si me puedo quedar trabajando o me llaman para algún reemplazo, vería la opción de trabajar unos 3 años, juntar dinero y luego hacer un magíster o directamente hacer un magíster, pero también quiero averiguar esto porque tengo entendido que también puedo tener una beca en mi Universidad», afirmó Javiera Rojas, estudiante de quinto año de Ingeniería Comercial.